02 Dic 10 razones para que el mercado de la moda en Ecuador no funcione
Son pocas las veces que me animo a realizar críticas. La primera vez que lo hice me impactó la repercusión de la nota. No creo que haya sido la más importante que haya hecho en el blog, pero sí fue una de la más leídas, compartidas y comentadas en redes sociales. Estoy segura de que ese alcance es proporcional a cuán identificada se sintió la gente con lo que conté. Fue algo verídico y vivencial. Muchos estuvieron ahí y los que no, escucharon lo que pasó. Muchos leyeron el artículo más bien por curiosidad de lo que se hablaba en varios medios tradicionales y no tradicionales.
Bajo este mismo contexto espero que esta nota –que considero importante sacarla–, llegue a las personas involucradas en el negocio de la moda en el país, además de a quienes consumen la moda. Esto, porque es un compromiso de todos comenzando casa adentro. Hablando desde KIKI, me comprometo a decir cosas que veo, que he vivido y que estoy dispuesta a mejorarlas desde cualquier flanco que corresponda a mi gestión: como autora de blog, como consumidora, como asistente a los eventos del sector, como profesional, etc.
Dicho esto, me animo a mencionar algunos puntos que considero detienen el mercado de la moda en Ecuador.
1.- ACADEMIA
Me siento muy identificada en este aspecto. Yo soy una de las deudoras del IECE que se comprometió a pagar una deuda mientras firmaba una carta de compromiso en la que advertían que el master que iba a estudiar, y por el cual estaba adquiriendo la deuda, no sería avalado en el Ecuador. Cuando firmé esta carta estaba 100% segura de lo que hacía y no me arrepiento en lo más mínimo en haberlo hecho. Pero recuerdo con claridad que al momento de firmar, le pregunté al ejecutivo de cuentas si él conocía alguna especialización relacionada a moda que tenga aval en el país, a lo que el respondió con un rotundo “no”.
Este es uno de lo problemas más graves del Ecuador con respecto a este sector. No solo por un nulo reconocimiento a los profesionales especializados, sino por esa falta de interés gubernamental a una educativa que conlleva con ella, beneficios a la industria en general en el país.
Me indigna saber que todavía vivimos en un país donde lo relacionado a la creatividad todavía no es válido, no es serio o no vale pena. En algunos temas (muy pocos) se han generado ciertos cambios. Pero para aquellos que trabajan en moda: un fotógrafo no puede pedir crédito para comprar una cámara, no existen academias regularizadas y realmente profesionales para especializaciones en la industria. Y en mi caso, continuaré el pago de mi deuda por otros cinco años, aun a sabiendas de que no es algo que avalen en el país.
2.- CAMPAÑAS
Hay momentos en que veo ciertas campañas de marcas o cadenas de “moda” del país y solo me detengo a pensar “¿Qué diablos les está pasando?” Por un lado, está el tema de la copia que lo dejo para más adelante, pero aquí me enfocaré en los conceptos. De verdad, en el país hay marcas que creen que no pueden pulir su imagen, hacer de ella un emblema y ser aspiracionales en alguna forma. En lugar de acercarse de cualquier manera a esa posibilidad, apuestan por campañas sexistas, que irrespetan a la mujer y con cero trabajo de imagen. Aquí, lamentablemente, no puedo explayarme como quisiera. Tengo un trabajo que cuidar, pero lo que sí puedo decir y pedir a todos es que seamos más exigentes con lo que vemos en las campañas publicitarias.
Hace poco me emocionó mucho ver que en el Festival de Cannes se introdujo el premio THE LION FOR CHANGE enfocado a campañas de género y estereotipos. Latinoamérica ya tiene algunos ganadores, algunos por haber cambiado totalmente el rol de la mujer en campañas de cerveza. También existen casos en Colombia o Costa Rica en donde se ha vetado campañas por tener tintes sexistas. ¿Y en Ecuador? Todavía no pasa nada. O el gobierno está enfocado en lo que le achacan directamente, o las campañas que defienden el derecho de las mujeres tienen líos políticos o los consumidores nos acostumbramos a ver ciertas cosas que simplemente dejaron de sorprendernos y no hacemos nada. Pero sí podemos exigir cambios, siempre y cuando tengamos la determinación de hacerlo.
3.- SERIEDAD
Aquí nuevamente me apena no poder contar las cosas con nombre y apellido. Como ya he mencionado tengo una deuda y trabajo que cuidar. A mí me gusta mucho dar charlas. En algunas ocasiones me han contratado de instituciones públicas y privadas para hacerlo y, hace poco, me invitaron a dar una fuera de la ciudad junto con una amiga. La invitación venía de una institución importante y seria. Eso y la distancia nos hicieron confiarnos y no pedir un contrato. Al final, nunca nos ayudaron con los viáticos, ni con un adelanto de nuestro trabajo y nos impusieron un descuento del costo que ya estaba aprobado a última hora. Cuando llegamos a dar los talleres, nos quisieron pagar menos. El nuevo valor que tenían planeado apenas cubría los viáticos. Ante nuestra indignación, la representante de dicha institución nos advirtió: “O lo toman o nos cobran lo que habían dicho, pero les va tocar hacer doble trabajo en llamadas, mails y mensajes para cobrarnos”. ¿Qué clase de respuesta es esta? Realmente mis oídos no daban crédito a lo que escuchaba. Aquí, no les alargo el cuento. Peleamos, peleamos mucho, incluso con advertencias de exponerlo en medios de comunicación y denuncias; finalmente logramos que nos paguen en varios plazos. Pero más allá de lo que hayamos conseguido, me cuestiono por cosas vividas y escuchadas es: qué clase de representantes tenemos; qué tan en serio se toman los trabajos relacionados a la industria; cómo lo son los medios de comunicación, modelos, maquillistas, etc. Y por encima de todo eso, qué clase de personas y profesionales estamos creando.
4.- LAS MARCAS
Fui directora de relaciones públicas en una compañía y trabajé en el medio por algunos años. Salí corriendo y desesperada por cómo se manejaban las cosas. Eran muy pocos los clientes que de verdad se preocupaban a quién llegar, cómo hacerlo y qué hacer. Siempre hay sus excepciones, no lo niego, pero la mayoría siempre buscaba tener una masa de personas felices de tener comida y bebidas gratis, en lugar de buscar e indagar qué hacen, quiénes son, cómo trabajan y si valen la pena. Por que no todos los medios sirven para todo.
Aquí da igual ser un medio comprometido, dedicado y constante, versus uno de bajo compromiso, corta dedicación y seriedad respecto a los temas que se trabajan. El trabajo de todos vale lo mismo. Una invitación y productos gratis. Me apena muchísimo ver que lo que reina en nuestro sector es el pensamiento resumido en el dicho popular “guagua que no llora no mama”. Realmente no puedo creer que el trabajo no hable por sí solo y que las marcas no busquen e investiguen a quién están invitando, de dónde vienen sus seguidores de las redes sociales o que se dejen llevar por la actitud poco profesional de llamadas y pedidos desesperados de un producto o invitaciones a eventos para poderlo publicar en sus medios o muros personales. Y alejándonos de medios independientes que somos aplastados por la masa de seguidores de líderes de opinión (que vienen a ser presentadores de televisión en el país) las marcas continúan apostando por personajes con una gran masa de seguidores de canales de televisión que su target no ve ni pretende hacerlo. Pero en realidad no hay esperanza, la marca si va remunerar el “líder de opinión” y a los que sobran se les regala producto que sobro de su stock. Algunos les bastará el producto «gratis».
Y último, me parece que como departamento de relaciones públicas lo mínimo que se puede hacer si se manda un mail es dirigirse por el nombre de esa persona. Por un tema de visión profesional, deberían darse el tiempo de averiguar o preguntar. Y además de no saber tu nombre, escriben mails a pedir, sin ni siquiera preguntar, que subas fotografías de sus productos o eventos, como si fuese una especie de obligación. Y todavía peor es caer en ese trato y dar el gusto. Hay que saber dar el valor que merece cada trabajo. Un día me escribieron a decir que publique en las redes sociales del blog la fotografía de la promoción de un evento a lo que respondí “Yo no quiero subir una foto de las que mandas, no me hago nada con eso. Prefiero que me des una entrevista con uno de los organizadores y contar todo el fondo del trabajo que haces y el por qué lo haces…” silencio absoluto, mail sin respuesta. De verdad solo les interesaba que subas cualquier foto.
5.- EVENTOS
Qué importante es tener eventos de moda, de verdad lo es. Pero, ¿se han puesto a pensar en el tamaño del mercado que consume y le interesa la moda nacional y en la cantidad de eventos que se está creando? Aquí voy a ser muy breve. Lo que le sobra al uno, le falta al otro. Hay eventos que tienen un contenido potente en moda, plataformas para el diseño emergente y temas académicos que tanto nos faltan, tal como mencioné en el primer punto. También hay los que cuentan con logística impresionante de catering y status. ¿Se imaginan tener solamente uno que lo abarque todo? Suena lindo, pero parecería ser imposible, porque cada cual quiere jalar por su lado. Y algo que surge bajo el discurso de “apoyemos a la moda ecuatoriana” termina siendo más bien un “¿quién dio más?“
6.- PÚBLICO
Que lindo es ver en los eventos a todos tan pulidos y producidos. Me gusta mucho observar cómo se prepara cada uno para demostrar su gusto o simplemente explotar el lado excéntrico que todos podemos tener. Pero aquí –entre nos– les cuento que todo el glamour se pierde al momento de sentarse frente a la pasarela. No importa si se empujan, si se tropiezan en sus tacos o si por ahí lanzan un comentario por encima del hombro del otro en síntoma de enfado. Todo por llegar a la primera fila. No importa si no conocen de quién es la pasarela o lo que van ver. Lo importante es estar en primera fila y que el resto los vea.
Pero todo cambia cuándo se abre la barra libre de bebidas o comida, todos vuelven a correr con sus tacos y sus comentarios sobre los hombros, por atrapar ese bebida o canapé. A paso seguido la audiencia de las pasarelas es escasa y afuera en el buffet todos disfrutan de la vida social y los selfies en el backing del evento para contar al mundo que ahí estuvieron, mientras la modelos continúan desfilando ¿qué clase de público somos? ¿Realmente nos interesa lo que vemos o nos interesa que nos vean?
7.- COPIA
Uno de mis temas favoritos, y al parecer, un tema de conversación bastante común en el medio. Copia. La he visto en concursos de belleza donde el diseñador de un vestido, tras la publicación en un medio de que su vestido era una copia, se justificó con un comentario en el que pedía validez por lo bien que la prenda había sido confeccionada. Disculpen, pero creo que aquí estamos confundiendo el uso de la palabra diseñador.
Pero como les decía en el punto dos, nuestras marcas y cadenas nacionales no se quedan atrás. Sus campañas tantas veces son un completo wannabe H&M, Gap o cualquier marca de lujo ya existente.
Primero, preguntémonos qué similitud tiene nuestro mercado con el europeo como para imitar las estrategias tal cual . Es recurrente que en cadenas o marcas locales , unas más que otras, sus diseñadores terminen confeccionando (porque no podríamos decir diseñando) “lo más parecido a este prenda que traje en mi último viaje”. Por favor, inspirémonos, eso no esta nada mal, pero debemos sentarnos, pensar y ser críticos con nosotros mismos. ¿Dónde termina la inspiración y comienza la copia?
Pasa también con los blogs. De moda, de lifestyle, como lo quieran llamar. Conozco gente a quien en serio le gusta la moda, incluso le apasiona y que cree que en el país debemos luchar por generar espacios, crear y difundir. Meses después, tiene un blog con una copia del logo, concepto y estética de The Coveteur o Who What to Wear y así. Los más llamativos, claro, son los que copian a blogs nacionales. Al menos fortalecen un trabajo que ya se está gestionando. Aunque sería más llamativo que cada cual haga sus deberes, se enfoque en lo quiere hacer y lo trabaje. Es un compromiso que todos deberíamos hacer con nuestros proyectos.
8.-DESCONOCIMIENTO
En temas más generales de la industria, el desconocimiento del público al que deseamos llegar es uno de los problemas más graves. Marcas que se dicen multitarget terminan generando diseños, propuestas de punto de venta, ambientación y experiencia de marca multi. Nadie sabe qué es lo que busca o qué es lo que quiere hacer. No hay un norte, no conocen de dónde vienen, dónde quieren ir y menos aún, no conocen su público ni sus necesidades. Son muy pocas las marcas que trabajan por tener una identidad. De buscar un segmento de gente puntual a la que quieren llegar por edades, estilo de vida o por gusto y que además logren llevar esa misma identidad a sus redes sociales, punto de venta y diseño de colecciones, entre otros. El resto prefiere decir que le apunta a todo el público y crea híbridos en toda su comunicación. Como resultado marcas sin gestión de identidad y una tienda más en un centro comercial.
9.-ESPACIO
En el blog he tenido la suerte de conocer a diseñadores comprometidos con sus marcas, creativos, estrategas para su promoción y espacios. Pero no todos con las mismas ganas de ir más allá del producto. Y eso que si tenemos un problema de patronaje y acabado en prendas. Pero eso es otro tema. A lo que en realidad quiero ir es a la falta de espacios.
Uno de los problemas más graves de los diseñadores emergentes es la falta de espacios. Nosotros socialmente en un sentido comercial y masa funcionamos en centros comerciales, los diseñadores necesitan exponer su producto y vender. Pero ¿nos hemos puesto a pensar el costo que tiene una tienda en un centro comercial? Es totalmente exorbitante para alguien que está comenzando. Como consecuencia espacios limitados, complicados y poco frecuentes como es el tema de las ferias (que si ayudan pero no son la solución completa). Esto hace que cada vez sea más complicado surgir, que su exposición no sea la indicada, que sus ventas no suban y que su profesión como diseñador sea casi imposible de darse.
¿Dónde están esos barrios de diseño y cafeterías que hay en Buenos Aires, Barcelona, Bogotá? El gobierno local se llena por decir que somos el mejor destino turístico. Pero en esto, qué se hace por ser la mejor ciudad para los mismo habitantes y sus propuestas. Aquí ya no solo hablo de diseño.
10.- BLOGS
Dejé uno de mis temas favoritos para el final. Algunos deben haber leído la nota que subí por los dos años de KIKI. Creo que ahí se resume bastante bien la emoción y el cariño que se puede llegar a tener a un proyecto al que le pones todo tu esfuerzo, tu tiempo, tus recursos económicos, todas tus ganas. Por eso, muy lejos de considerarme autoridad, quiero compartir lo que pienso con mis colegas.
Por favor tengamos un norte, sepamos con certeza qué es lo que queremos hacer y por qué lo hacemos. Seamos constantes. Yo creo mucho en los dichos como el “preguntando se llega a Roma”, pero qué pasa cuando, a la vuelta de la esquina dejo de preguntar dónde está Roma. La constancia es todo, y por constancia no me refiero precisamente a buscar fotos bonitas en internet y rellenar el blog. Si ese es el norte de alguno, perfecto, pero si ese relleno ocupa más de la mitad del blog y ese no es su norte, algo está mal.
Incluso cuando ya sabemos cuál es el objetivo de nuestro espacio y adquirimos la constancia, debemos ser muy críticos al momento de postear. Tomando el punto siete como referencia, si solo nos acostumbramos a ver y emular, poco aprendemos. Un ejemplo de esto es la palabra streetstyle. Suena linda y atractiva, todos fotógrafos, bloggers o amantes de la moda la queremos aplicar y está claro que en nuestra ciudad no es sencillo encontrar un look excéntrico para fotografiar. Pero acaso esto justifica que seamos poco constantes, que hagamos parecer espontáneo algo que fue preparado, o llamar a una PRODUCCIÓN de fotos streetstyle.
De verdad prefiero creer que es un tema de desconocimiento. Pero personas como Bill Cunningham y Scott Schuman llevaron la moda a otro nivel por su trabajo como fotógrafos de streetstyle , como para que aquí nos dejemos llevar por lo bonito que suena en lugar de enfocarnos en el trabajo y el tiempo que toma hacerlo.
Por otro lado, está bien que como blogger de moda se quiera estar en los eventos de diseñadores, marcas o pasarelas de temporada, pero como asistente y como medio que recibí la invitación si debemos ser respetuosos con el tiempo, el dinero y las ganas que se invierten. Y debe valer una publicación a la altura de ese esfuerzo, en lugar de un post contando lo bonito que se paso en el evento con los amigos, más que el evento en sí. Con respecto a este tema, me gustó mucho leer la nota de Marthis Salazar en la revista CHULA MAG, donde cuestiona el boom de los blogs de moda en el país. ¿Es acaso solo una excusa para recibir invitaciones y productos gratis de parte de marcas? ¿Hay una idea que mueva ese blog? ¿Cuál es esa idea?
Esta es la nota más larga que hecho en el blog. Pero también la más pensada y comprometida con los errores que he tenido y las cosas que veo que hacen que algo que todos queremos no funcione como debería: la moda en el país. Al final creo que las personas que viven del gusto o del trabajo de la moda es por que nos apasiona, y al final es parte de nuestra cultura. Es la parte estética más visual, natural y constante que vemos día a día y que aunque nos cueste creerlo esa estética es el reflejo de lo que nos rodea culturalmente como el arte, música, libros, arquitectura. Lo que espero es que tras la reflexión, es que todos nos pongamos manos a la obra, que seamos críticos con el trabajo que realizamos dentro del sector de la moda y busquemos generar y consolidar una identidad individual y colectiva. Y será mi compromiso de ahora en adelante.
Pare mi fue importante que este post pueda contar con sus propias imágenes, no una buscadas en internet, así que pase el texto a Marcela Cáceres mi amiga querida que siempre me apoya, además de ser una gran diseñadora a la que admiro mucho y que dio su toque con su lettering. ¡GRACIAS MARCE!