Forever 21, una noche innecesaria

Desde hace un tiempo, he pensado en abrir una categoría de opinión dentro del blog. Con certeza, más adelante lo haré. Lo que no sabía es que la primera nota sería ésta.

La noche de ayer, Quito vivió un momento importante: La entrada de Forever 21. La –caótica y mal planificada- inauguración de una de las cadenas de ropa más esperadas en el país. El evento vino anticipado de una serie de acciones que fueron realizadas meses atrás. Con mucha antelación, el equipo organizador envió invitaciones, varios mails solicitando datos personales y de contacto para enviar una exclusiva entrada para el evento VIP de la marca. Aunque me parece que pedir datos personales es algo que puede terminar en una acción intrusiva, decidí brindarlos para saber de qué trataba.

Fue ahí cuando comenzó toda una parafernalia de correos de solicitud de confirmación de asistencia -con nueva fecha, pues el evento estaba en un inicio programado para diciembre-, y el anuncio de que se trataba de una FIESTA VIP. Lo pongo en mayúsculas porque nunca me imaginé que ambos términos pudieran ser tan subjetivos.

La mención de Fiesta VIP en cada notificación en la invitación, tenía el poder de llamar mucho la atención. No sabría decir claramente qué era lo que esperaba, pero si les puedo decir lo que no esperaba:

1.- Tener que hacer fila hasta en las gradas eléctricas

2.- Encontrar una fila de más de una hora para entrar (porque a pesar de ser una Fiesta VIP, no existía un pase “rápido”, con un acompañante)

3.- Vivir la experiencia de estar rodeada de niñas (parecía que Justin Bieber estaba dando autógrafos)

4.- Que me pidan hacer una fila para dejar mis datos (otra vez)

5.- Entrar a una tienda abarrotada de gente, tanto que no se podía ni ver las prendas.

6.- No saber en qué punto empezaba la fila para pagar y la fila de probadores (y no porque quería hacerla, solo quería pasar al otro lado)

7.- Pasar más tiempo en una fila para entrar, que en la misma tienda.

Es por todo esto que la he decidido llamar La Noche de las Filas innecesarias. Lo digo porque no es necesario darse de “exclusivos”, cuando la intención es otra. No es necesario crear un evento de pre apertura si va ser exactamente igual a uno de apertura cualquiera. Pero sobre todo, NO ES NECESARIO tratar al cliente de esa manera, y aun peor, que el cliente lo permita.

Si algo quiero resaltar de todo lo que saqué de la noche del 15 de enero, es que los ecuatorianos, como consumidores, debemos exigir más respecto de parte de las marcas. ¿Cuándo llegará el día que seamos nosotros quienes determinemos qué queremos y no las marca quienes hagan lo que quieren con nosotros? Somos un mercado que todavía tiene que aprender a crecer.

Pd: esta es la única foto que tome en la noche…

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