05 Mar Las mujeres y la industria de la moda en Ecuador
En el Día Internacional de la Mujer es importante hablar de cuál es la realidad de las mujeres en la moda y su industria.
En contexto, es relevante conocer que las mujeres a nivel nacional representan el 18,4% del empleo no remunerado según el INEC. El 80% de la industria textil es liderada por mujeres en la mano de obra—en su mayoría son madres de hogar— afirmó el CAEPIPE. Sin olvidar que a nivel global, una de cada tres trabajadoras han experimentado acoso sexual en sus puestos de trabajo acorde al CARE International. Mientras que en algunos países de Europa, el Consumer Survey Report de Fashion Revolution reveló que el 81% de consumidoras de marcas desean alcanzar la equidad de género en la cadena de suministro. En suma, debemos luchar por un trato justo para las fabricadoras de las prendas.
Tal como lo planteó Carry Somers, diseñadora de moda y fundadora del movimiento Fashion Revolution, si deseamos un balance en la equidad de género, las marcas necesitan hacer más que solamente vender camisetas con frases feministas para empoderar a la mujer. Es necesario poner en práctica políticas empresariales transparentes y responsables. Ya tenemos el caso de la línea de ropa Ivy Park de Beyoncé —con el lema de apoyar e inspirar a las mujeres—, donde el diario británico The Sun investigó que las fabricantes trabajaban en talleres clandestinos en Sri Lanka, recibiendo un sueldo de 5,4 euros por día.
Las mujeres que se encuentran en los trabajos más vulnerables, son las menos remuneradas; en definitiva para erradicar la pobreza necesitamos dirigirnos a la equidad de género. De acuerdo con el INEC, tan solo 39,8% de las mujeres poseen un empleo formal en el país, teniendo en cuenta el porcentaje anterior de mujeres con empleo no remunerado. No en vano, se encuentra el objetivo de igualdad de género entre los ODS; luchando por este derecho humano como fundamento indispensable para construir sociedades más pacíficas, prósperas y sostenibles.
Debemos comenzar a cuestionarnos si se puede ser feminista consumiendo moda y prendas cuya trazabilidad es cuestionable. Somos el género que más consumimos moda e irónicamente el más explotado. Comencemos por dar más apoyo a las empresas que promuevan programas de ayuda a las mujeres. Por ello es tan importante preguntar e investigar sobre las empresas y marcas que hacen nuestra ropa. En una búsqueda de casos de empresas textiles ecuatorianas con programas para mujeres encontramos el caso de De Prati a través de su Programa Mujeres Confeccionistas Emprendedoras.
El programa está presente en Quito, Guayaquil y Manta en alianza con la Fundación Acción Solidaria. El objetivo del programa es impulsar el emprendimiento y apostar por la educación como herramienta en el desarrollo social-económico de las comunidades. Dura un módulo de diez meses de aprendizaje donde se enseña sobre técnicas de costura, emprendimiento, desarrollo humano con enfoque en autoestima y relaciones interpersonales. Hasta el momento se han capacitado 580 mujeres, contando con el aval académico por la Escuela de Negocios Humane, el Secap y la Setec. Además encontramos que en De Prati el 67,8% de mujeres representa a las trabajadoras de la empresa.
Al ser consumidoras debemos ser más conscientes y responsables de a quién compramos, tenemos que saber el impacto que tiene cada compra en la vida de las mujeres que han producido nuestra ropa y comenzar a apoyarnos unas a otras.
Redactado por: Nicole Calderón