27 Ene We Should all be Feminist
POR: ISABEL PEREZ
Miles de personas se reunieron en la capital de los Estados Unidos para celebrar la Marcha de la Mujer. Como otras marchas por todo el mundo el objetivo principal era alzar la voz para cambiar, encontrar fuerza en la solidaridad y demostrar que no podemos ser silenciadas. Y mostrar que cuando las mujeres se unen para defender la igualdad, los derechos civiles y la justicia, hacemos historia y preparamos el terreno para el tipo de futuro en el que queremos vivir.
Mujeres en todo los Estados Unidos utilizaron pussy hats con hilo rosa como una muestra de repudio en contra del presidente electo Trump y su hábito de hacer comentarios desagradables sobre las mujeres. Sin duda ese fue uno de los accesorios más utilizados en la marcha.
The Pussyhat Project es un colectivo en línea de tejedores. Crearon alrededor de 1.1 millones de pussy hats fucsias para la gente que atendió a la marcha. El color fue una fuerte señal visual.
Porque al igual que una voz puede hacer la diferencia, la ropa que uno lleva puesta puede también hablar, crear una imagen visual poderosa y masiva. Es importante tomar medidas y tu atuendo puede ser el comienzo de una conversación.
Muchas personas asistieron usando ropa feminista, camisetas como con frases como “The Future is Feminist, We Should all be Feminist”, el saco de “Nasty Women Unite” y gorros en todas las gamas de color rosa: pussy hat power. Algunos gorros con el logo de Plan Parenthood.
«Vender esta ropas es un vehículo para tomar acción –dice Correa Funk co-fundador de The Outrage– eso es lo que todos nos están pidiendo que hagamos. En cierto modo, es un mecanismo de supervivencia.”.
Para las mujeres la vestimenta siempre ha proporcionado un medio de resistencia visual; comenzando por aquellas que creían en la reforma del vestido o el derecho a poder usar pantalones en 1800s. En la marcha de 1963 en Washington, millones de mujeres negras optaron por usar denim, overoles y su pelo natural, resistiéndose al protocolo y rechazando las expectativas.
Cuando las mujeres se presentaron en las encuestas el noviembre pasado en pantsuits, no sólo se referían a activistas del pasado, sino que también estaban expresando su apoyo a la primera candidata presidencial nominada por un partido mayoritario. En el pasado, los textiles (denim, tartán, cuero) utilizaban las mujeres para rechazar las nociones de lo debería ser la feminidad.
Las personas siempre han utilizado su vestimenta para mostrar quiénes son y lo que creen. La moda siempre ha sido un reflejo de la sociedad en la que vivimos y de un pensamiento colectivo, este es el momento de luchar por los derechos fundamentales para las mujeres y por la igualdad, incluso a través de nuestra indumentaria.
Aunque el futuro es incierto ahora más que nunca es el momento de unirnos y de ser parte del cambio. Varias investigaciones demuestran que las naciones que empoderan a las mujeres y las niñas son mejores, la democracia sólo funciona si la gente participa.
Ahora no es el momento de «dejar de quejarse» o «darle a ….. una oportunidad». Los gobiernos no trabajan de esa manera, nunca lo han hecho, y nunca lo harán. Los gobiernos son para el pueblo, con el consentimiento de la gente y si la gente no está contenta, hablarán. Eso es lo que hemos estado haciendo durante generaciones y Women´s March no fue diferente, hoy no es diferente, y mañana no será diferente tampoco. La vestimenta puede ser un arma y un reflejo de lo que sentimos y lo que queremos. No es solo una simple camiseta o un simple gorro es un símbolo y un elemento que nos empodera.
“Ain’t for grabbing, they are for birthing new generations of filthy, vulgar, nasty, proud, Christian, Muslim, Buddhist, Sikh, you name it, for new generations of nasty women.” Ashley Judd
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