El potencial de Ecuador en la moda sostenible

 

por @_more_cardona

Con el pasar del tiempo a medida que me relaciono más con la moda sostenible encuentro nuevos significados y vínculos con la misma. Como consumidora ha sido un bello camino encontrar afectos más profundos con las prendas que tengo y como profesional me he sorprendido con la diversidad de maneras con las que se puede aportar y generar cambios que son inminentes tanto como necesarios.

He reconocido la importancia de cambiar los formatos en los que vemos, vivimos y consumimos moda. Y aunque no es sencillo, impresiona la posibilidad de cambios que puede generar una persona si así se lo propone. Desde la intención de acciones individuales, hasta formar parte de acciones colectivas es fundamental la honestidad en un proceso de cambio.

 

 

Hace poco me sume a la coordinación de Fashion Revolution Ecuador, un movimiento global sin fines de lucro con equipos en más de cien países de todo el mundo. Una organización que realiza campañas para la reforma sistémica de la industria de la moda con un enfoque en la necesidad de una mayor transparencia en la cadena de suministro.  Con el fin de buscar una industria más justa y equitativa para todos, lo que quiere decir que cuida aspectos sociales tanto como ambientales.

 

 

Un hermoso reto que arrancó este 2020 con un nuevo equipo que incluye a Paola Jácome, Gabriela Delgado y Doménica Sosa; y con la fortuna de recibir a Carry Somers. Una de las dos fundadoras de esta organización, la primera persona en el mundo en recibir una certificación de comercio justo a través de su marca de sombreros de paja toquilla Pachacuti.  Logró generar una trazabilidad que incluso expone por GPS el lugar de procedencia de la materia prima hasta su mano de obra; y visitó Ecuador al ser escogida entre más de 10 000 personas para ser parte de la tripulación de Exxpedition. Una navegación que está dando la vuelta al mundo junto a investigadoras de varias ramas para analizar la problemática de los plásticos y micro plásticos en el Oceano y que estará saliendo de Galápagos en este febrero.

 

 

En una conversación con Carry es inevitable sentir curiosidad sobre cuál es su opinión sobre lo que significaría que un país como Ecuador realice esfuerzos profundos por cambios sistémicos de la moda. La realidad es que hay muchos aspectos que establecen una posibilidad importante y pionera que beneficiaría social y ecológicamente a nuestro país.

La última vez que visitó Ecuador fue hace siete años. Cuenta que es muy emocionante que esta vez ha sentido mucho más la presencia de marcas que proponen buscar soluciones desde un mejor uso de materiales hasta trabajar por mantener técnicas y conocimientos ancestrales. Habla del patrimonio tangible con el que contamos, con un gran potencial de adaptarse a diseños contemporáneos combinando así técnicas con habilidades.

 

 

Entre las cosas que más destaca es que Ecuador tiene toda la capacidad de transformarse en un país líder en el reconocimiento del cuidado y buenas prácticas para la tierra y sus animales. “Son muy pocas legislaciones las que reconocen los derechos de la Madre Tierra. Es dar una voz a quien no la tiene”. Considera que es un privilegio que se tenga en cuenta estos conceptos ya que la tierra nutre la calidad de vida de las personas y es crucial que tengan en cuenta que también se debe nutrir de regreso a la tierra. Brinda nuevas posibilidades de consumir moda más allá de la indumentaria, ya que se pueden generar diversas experiencias alrededor de los métodos ancestrales con los que el impacto con el medio ambiente son prácticamente nulos.  Aquí se ha sorprendido con investigaciones de biotextiles que se están realizando en el país. En ellas destaca la riqueza y diversidad de Ecuador en donde se pueden realizar una infinidad de materias primas alternas que podrían ser pioneras en el mundo y de posible exportación.

 

 

Aunque hay veces que nos sentimos desfavorecidos y lejos de mantener la industria que tienen otros países como Colombia y Perú; sin irnos muy lejos, la verdad es que hoy por hoy ese es un panorama que juega a favor. Tenemos un terreno fértil en el cual trabajar buscando cambios profundos, reales y efectivos para hacer de esta industria un espacio de crecimiento e innovación social y ambiental cuidando tanto nuestra tierra como nuestra cultura.

 

 

Sin duda es motivante visibilizar todo lo que se puede lograr y el alcance que se puede tener para nuestro país tanto como para la región. Pero sobre todo es liberador reconocer que el inicio de estos cambios profundos comienzan desde el interés y la intención personal de concientizar y aportar desde nuestras decisiones y actitudes como consumidores, marcas, profesionales, productores…al final del día todos vestimos algo.