17 Nov Volver a ser niños es volver a sentir
Recuerdo que en la primera nota que hice hable sobre salir de la zona de confort, hacer algo a lo que no estamos acostumbrados y probar cosas nuevas. Es algo en lo que realmente creo y quise hacerlo yo también…
Hace no mucho tiempo colaboré actuando en el video de un músico ecuatoriano que será lanzado al público en pocos meses. Mi experiencia en la actuación es mínima, pero en esta última oportunidad sentí que mi conexión con el papel que estaba interpretando me caló en la piel. Sentía como mis brazos, mis pensamientos y mis expresiones a pesar de ser mías físicamente de alguna manera estaban expresando lo que otro puede sentir… En realidad es un sentimiento complicado de explicar, así que quise conocer y entender un poco más.
Para esto visitamos el Teatro Talón de Aquiles en el Ventura Mall de Tumbaco. Allí nos esperaba Christoph Bauman, con el fue maravilloso sentarnos a conversar. Nos contó algo de su experiencia, algunos ejercicios y sobre todo pude compartir algunos de mis sentimientos e inquietudes sobre la actuación.
Después de seguir varias direcciones que me dio para practicar movimientos y sensaciones, Christoph me mencionó algo que no he podido dejar de pensar: “La mejor medicina para un humano es poder expresarse”.
Entonces me pregunté: ¿Cuándo fue la última vez que conocí alguien que no dude en expresarse? ¿Por qué dejamos de jugar y explorar nuestros sentimientos? ¿Por qué dejamos que la crítica de otros dominen nuestros instintos? ¿Cuándo dejamos de ser espontáneos y porqué?….
Son muchas preguntas a las que no logro encontrar una respuesta que realmente valga la pena. No encuentro un motivo suficiente para que dejemos de explorarnos en nuestras emociones e instintos.
Después de haber entendido que el teatro es para vivir emociones yo decidí perderme y explorar un poco en las mías. En los recuerdos de ver a mi padre hacer bromas o simplemente perder el miedo a expresarme y ser mucho más espontánea de lo que creo que ya soy.
Con estas practicas de teatro aprendí la importancia que tiene jugar; así como cuando un niño imagina que es un superhéroe o como cuando jugábamos a congelarnos los unos a los otros. Experimenté el explorar lo que está más allá de la superficie de nuestros sentidos para explorar lo que sentimos debajo de la piel; en realidad siento que aprendí una nueva manera de sentir y que salir de la zona de confort de hecho vale la pena.