24 Jul ¿Cómo vivir en las calles de Quito?
Cuándo se estudia o se lee artículos sobre historia de la moda es evidente comprender que la estética cotidiana se construye a través de realidades. Por una parte siempre se encuentran referentes culturales; como la camiseta blanca y la chaqueta perfecta que marcaron el cómo ser rebelde en los años cincuenta con Marlon Brando o James Dean; y por otra siempre están los contextos a los que estamos acostumbrados pero que no siempre los relacionamos con un sentido estético de indumentaria.
Se tratan de realidades que influyen en lo que somos y hacemos pero que muchas veces preferimos no considerarlas. Caminar en Quito, por ejemplo. Con la llegada del verano es mágico salir a las calles y verlas decoradas con arupos de todos los colores, ver el verde más verde y todas sus flores o paredes de colores tomarse la ciudad. Da ganas de sacar los audífonos, poner los hits de verano de Radio Cocoa y de salir a caminar por toda la cuidad.
Una ciudad que a pasar de todos sus colores y vida también puede ser muy áspera en sus formas y convivencia. Con veredas en un segundo y sin veredas al otro. Una ciudad que ha sido construida para vehículos y en la que la movilidad pública no ha sido pensada como un bien común. Una ciudad que, por las razones que tenga (legales y normativas de décadas atrás), no ha sido amigable con su gente para caminar.
Desde veredas 4×4, hasta veredas de una vía en las que encontrarse con alguien que viene de sentido contrario es una golpe de suerte y amabilidad por ver quien va bajar a la calle, en plena 6 de diciembre, para dejar al otro pasar…. Caminar en Quito también tiene su dosis de gimnasio entre todas las subidas y bajadas que hay una sola calle. Es como si cada propietario de casa y/o edificio ha luchado por poner su vereda más alta que otro. Una prueba para las pantorrillas de muchos y que también me hace cuestionar las facilidades de movilidad para una persona discapacitada en la ciudad de los “Óscares del Turismo”.
Es por estas razones que cuando alguien me pregunta por qué en ciudades de Europa la gente tiene más estilo, siento que el mismo hecho de preguntarse eso es un problema. Es ahí cuando estamos más ocupados viendo como otros viven y se visten, siendo testigos de otros estilos y otras realidades que aunque nos parezcan atractivas son ajenas a las nuestras. Por ejemplo; no creo que Quito es una ciudad de tacos, al menos no si quieres caminarla; no creo que sea una ciudad cómoda… creo que requiere de piezas confortables; pero sobre todo creo que necesita de más gente caminándola, haciendo valer sus derechos sobre el paso cebra, sintiéndose libre y tranquilo de movilizarse en medios alternativos; por que aunque muchos cambios dependen de aspectos políticos los que hacemos la ciudad somos quienes la habitamos…
Un agradecimiento especial a Daniela Salgado quien colaboró con algunas de las fotografías de esta nota.