25 Mar Naturaleza, ciencia e imagen
La cosmética y los productos de belleza siempre han formado parte del mundo de la moda. Es muy común encontrar en diversos medios tradicionales, plataformas digitales y líderes de opinión que siempre nos están recomendando productos de belleza.
Eso ha hecho que la cosmética y los productos de belleza sean tratados desde un punto de vista comercial de moda. Sin embargo, el impacto que puede tener un producto textil de moda, es totalmente distinto al que puede tener un producto de cosmética, dermocosmética o belleza.
Hemos conversado sobre la importancia de preguntar sobre la procedencia y el cómo están hechas nuestras prendas; pero en el mundo de la cosmética además de reconocer su procedencia, metodología y el impacto que tienen al producirse, también debemos revisar el impacto que puede tener directamente en nuestra salud.
Es por ello que encontrar productos que sean responsables en el modo que están hechos y el impacto que buscan generar, es tan motivante. Especialmente en un mercado como el nuestro, en el cual es complejo el acceso a ciertos productos certificados y que, por otra parte no tiene un apoyo institucional para controlar la oferta que existe. Olvidando que, a pesar de que hablamos de algo de moda o tendencias, está relacionado directamente a la salud pública de nuestros países.
Cloud9 fue creado hace 10 meses en medio de la pandemia, ofreciendo un producto único que cubre diferentes necesidades. Partiendo de un mercado dividido en productos con exceso de químicos, de los que es casi imposible llegar a comprender la información de la etiqueta. Y por otro lado, productos extremadamente artesanales que no suelen contar con regulaciones del ministerio de salud. Además de contar con atributos propios del producto. Para estas dos ecuatorianas Rafaela Vega e Isabella Herrera —creadoras de Cloud9—, su objetivo ha sido enfocarse en la naturaleza combinándola con la ciencia; también con una imagen que busca promocionar productos de estas características hechos en Ecuador. Que al final del día compiten con mercados internacionales.
Rafaela Vega es bioquímica y ha sido la persona detrás de la creación de esta fórmula, que trabaja con aceites esenciales y mantecas naturales. Mientras que, Isabella Herrera en la imagen y marketing de la marca. La mayoría de sus insumos vienen de proveedores locales, contribuyendo a la economía local, como es el caso de varias haciendas que proveen de lavanda, caléndula, maracuyá, té verde, entre otros. Con los que han creado un aceite multipropósito, ya que se lo puede usar en diversas zonas de la piel, cabello y con distintos usos. Y un body palm de uso corporal con beneficios para la piel.
Ambos tienen permiso del ministerio de salud para poder ser comercializados. Además, han mostrado resultados exitosos en casos especiales como psoriasis y otros casos dermatológicos, que han conocido en estos meses. Lo que le ha llevado a trabajar con fundaciones de psoriasis.
Son de esos productos y proyectos que crecen a medida de la calidad de su propuesta. Y son sus mismos clientes las personas que los promocionan a través de sus experiencias. El gran aprendizaje que nos deja esta marca es que no sólo se trata de gestionar bien un proyecto, sino que se trata de hacerlo bien desde su raíz con sentido y responsabilidad.
Puedes encontrar la tienda en Ig como @cloud9.biolab y a sus creadoras como @_saaabella y @rafaelavegadelc