25 Nov Los lugares que me enamoraron de Cuenca
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Debo confesar que siempre me sentí muy mal de decir que no conocía Cuenca. Había ido algunas veces, pero todas fueron por trabajo y muy breves, así que prefería decir que no la conocía.
Esta vez también viajé por trabajo, pero era el primer viaje por mi cuenta y para dar charlas, un tema que tanto me gusta. Así que aproveché para darme un tiempo y conocer algunos lugares. De esos que nos hacen sentir que realmente estamos en otra ciudad, una tan colorida, llena diseño y gusto exquisito.
Con consejos de Ciboney y con ojo en todos los detalles, llegué a estos lugares que se los recomiendo en su próxima visita a Cuenca.
Tiene un menú para desayunos, almuerzos y cenas. Yo solo tuve tiempo de probar la opción del desayuno. De hecho, lo primero que hice al llegar fue ir con mi colega y compañera de viaje Pao para probarlo. Al entrar –sonrisa inmediata- nos sorprendió la decoración que es tan colorida y armoniosa a la vez. Cuando nos entregaron el menú en formato de diario antiguo, frecuente en varios lugares, nos percatamos de que un lugar así con esos precios era toda una mina. Las dos escogimos el mismo desayuno: pancakes, huevos, fruta, jamón, tocino con un juego y café pasado (mi favorito). Todo valió la pena, la atención, el sabor, la decoración y la ubicación.
Lo primero que vi fue una gran ventana que dejaba ver todos sus colores y sus flores. Su propietaria, María, me recibió muy, muy amable y me contó sobre la historia de El Pedregal. Su esposo, mexicano de nacimiento, al llegar a Cuenca se animó por traer algo de su gastronomía. Con sus tortillas 100% hechas en casa, han hecho del Pedregal uno de los restaurantes más representativos y queridos de Cuenca.
Pd: Sus margaritas son deliciosas.
En realidad no sé muy bien en qué calle estábamos cuando dimos con ME LATTE. Pao me acompañó a dar vueltas y a tomar fotografías de streetstyle. Después de un rato, solo queríamos parar en un lugar, tomar algo, abrir nuestras computadoras y seguir trabajando. De la nada apareció MELATTE una cafetería con oferta de bebidas frías, calientes y comida de paso como pasteles o sánduches.
La chica que nos atendió se portó muy amable, nos permitió tomar fotografías sin problemas y nos asesoró en nuestro pedido. La experiencia lo fue todo, en cuanto atención, comodidad, facilidades y ambientación para tener un gran motivo para parar por ese café. Hay algunos en la ciudad.
Aquí está Pao, muy importante en este viaje. No podía no sacarla en este post.
En la noche paseamos en la calle Larga. Ya eran las 22h20 cuando vimos una vitrina con textiles artesanales. Estábamos muy concentradas en ver el escaparate lleno de tejidos, cuando nos percatamos que también había un restaurante, sólo supimos que debíamos entrar. Ya eran las 22h30 y a pesar de que a esta hora ya se cierran los locales, nos recibieron, nos ofrecieron un tablita de picar y bebidas de la barra. Aquí ya no llevaba mi cámara así que Pao me prestó su iPhone para tomar algunas fotografías. ¡El lugar es impresionante! Con espacios amplios, lleno de naturaleza, colores delicados y atención cuidada hasta el último detalle. Aquí con tu cuenta, no recibes caramelos, recibes dos trozos de uno de sus postres. Su sabor, simplemente indescriptible.
En la Esquina de las Artes, que les recomiendo muchisimo ir, está La Placita un restaurante donde nos recibió catalán que ya tiene acento cuencano. Su decoración es muy hogareña y cómoda y ni hablar de su atención y sabor. Fue uno de los lugares donde mejor nos trataron y donde te brindan deliciosos aperitivos antes de comenzar tu comida. Totalmente recomendado para tomar un descanso de todo el movimiento respirar y pasar un buen rato.
Algo que también me llamó la atención de Cuenca es que, como en toda ciudad, tiene sus códigos particulares. Uno de esos: llueva, truene o granice (literal) no los van atender, por lo que les sugiero ¡revisar muy bien el horario de atención de los lugares a los que van!
No puedo esperar para poder volver y conocer más lugares de la bella Cuenca. Este viaje, aunque fue corto, me llenó de curiosidad por conocer más a fondo esta ciudad y su capacidad de creación.