¿NOS CUESTA ACEPTAR QUE SOMOS RACISTAS?

por: Justin Carrillo
foto: Soledad Rosales
producción: More Cardona Játiva
video: Alejandro Reinoso

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A mediados del 2020 Facebook, Twitter e Instagram se inundaron de publicaciones con imágenes en negro y el hashtag #blacklivesmatter. Con más de 27 millones de menciones solo en Instagram, esta campaña en redes sociales fue considerada una de las más fuertes en los últimos años. El asesinato de George Floyd se convirtió en una evidencia de lo normalizado e invisibilizado que está el racismo y la discriminación. La empatía por este, y otros casos similares no se hicieron esperar, y en su gran mayoría los movimientos anti racismo, anti discrimiación fueron y son impulsados por las nuevas generaciones. Especialmente, de la generación Z; conocida como la generación de la fluidez, partidaria de la libertad, libre expresión y sobre todo de la diversidad. Con este acontecimiento a escala global, nos llevó a preguntarnos: ¿Qué pasa en Ecuador en cuanto a temas de discriminación y racismo? ¿Abrazamos nuestras diversidades o solo seguimos patrones internacionales?

Para el desarrollo de esta nota —con el objetivo de abarcar diferentes perspectivas, opiniones sobre el racismo y discriminación en el medio de moda nacional—, hemos categorizado las preguntas hacia seis actores: modelos como Nathaly Quiñónez, Jenny Guillin y María Eugenia Donoso, agencias de modelos como BeModels, Plus Trends Modelos, y Gucaya Model Managment, profesionales que han trabajado en o para agencias de publicidad como Belén Paliz y Vanessa Portilla, periodistas en medios de comunicación como Ana Alvarado, Nicole Cueva y María José Troya, marcas y empresas de moda como Florencia Dávalos, Teresa Valencia, Pinto y Etafashion, y profesionales del medio como Maite Torres, Cristina Maag, Alejandro Pineda, Paula Vásquez, Alex Margary y Martha Dubravcic. 

Al hablar de modelos, resulta natural relacionarlas con revistas y portadas, es por ello que se desarrolló un análisis de 20 portadas y contenidos de revistas nacionales publicadas en lo que va del 2021. La diversidad de los pueblos y nacionalidades que representan el 14% de la nación, aún no es difundida en el mercado de moda como algo natural. Sino que es descrita y presentada como ‘exótico’ o de ‘estrategia mercantil‘; haciendo de la representación de la diversidad cultural algo que carece de significado. La mayoría de las modelos encuestadas ratifican que han sufrido de discriminación en su ámbito laboral, incluso algunas veces, la remuneración económica ha sido menor en comparación con otras profesionales de la misma trayectoria y el mismo desempeño; pero con características más ‘comerciales’, refiriéndose a modelos que se acercan al estereotipo euro caucásico. El mercado local sigue idolatrando los parámetros estéticos extranjeros y esto se convierte en un problema sistémico reflejado en el pago, trato, elecciones estéticas y conceptualizaciones racializadas. Para resumir la situación de la diversidad en Ecuador, Nathaly Quiñonez, que ha tenido experiencias locales e internacionales  nos dice que “en New York no me siento negra, me siento una persona”.

Las modelos trabajan de manera independiente o pertenecen a una agencia de modelos que gestionan los castings y trabajos para marcas. Cuando preguntamos su opinión sobre las diversidades expuestas en medios de comunicación y publicidad en el país; todavía hay las agencias que no se interesan por opinar sobre estos temas, ni permitieron que sus modelos lo hagan. Por otra parte, Guillermo Campaña, director de Gucaya Model Management —una agencia radicada en el país desde hace varios años y con amplia experiencia con marcas y revistas internacionales—, comenta que en Ecuador desde hace algunos años es un requisito que la mayoría del material publicitario de las empresas sea producido localmente. Esto ha servido para tener mayor inclusión y diversidad en estos medios, incluso hablando de talentos y recursos humanos. A pesar de esto, y en base a su experiencia, las modelos que maneja su agencia — en su mayoría latinas—, son muy cotizadas por marcas y proyectos internacionales. Desafortunadamente la realidad latinoamericana es contraria, persiguiendo los rasgos caucásicos en los modelos. Para Antonio Guamán, director de Be Models una joven agencia de modelos, opina que la belleza radica en la diversidad, misma que debe ser reflejada y respetada en todas sus formas. Pero que lamentablemente en Ecuador la poca representación mediática es mal tergiversada, exagerada e incluso ridiculizada. 

Dentro de los parámetros de ingreso que manejan las agencias de modelos encuestadas, se prohíbe cualquier tipo de discriminación por etnia, rasgos físicos o a diversidades sexogenéricas. Dentro del portafolio de estas agencias se encuentran modelos talla grande, indígenas, afrodescendientes y personas LGBTIQ+.  A pesar de esto, los directores han dejado claro que el proceso de incluir en las producciones más diversidades es complicado, el soltar estereotipos extranjeros, resulta difícil en el mercado local. Que resulta ser más discriminatorio que el internacional. El cliente ecuatoriano prefiere modelos con características caucásicas, discriminando cuerpos y rostros que son parte de nuestra diversidad como latinos y ecuatorianos.

Si bien las agencias son promotoras de la diversidad de sus modelos, se debe tomar en cuenta que la gestión publicitaria de las marcas y medios juega un papel fundamental para la selección de los talentos. Belén Paliz, redactora publicitaria comenta que a nivel de agencia, siempre se maneja un target según cliente. Es decir, el grupo objetivo que tiene cada marca. Dependiendo de esto y de acuerdo a las políticas de cada empresa y marca se desarrolla un casting. Según su experiencia trabajando en el medio, en el mercado existen marcas con altos estándares, que dejan de lado diversidades locales. Belén coincide con algunas de las modelos entrevistadas al mencionar que en los medios de comunicación no existe una diversidad real, sino que se trata más de un tema del discurso marketero. Esto nos lleva a cuestionarnos ¿Está existiendo una integración y exposición de las diversidades honesta o es una tendencia más? 

Hoy en día, es más común encontrar anuncios y campañas publicitarias en donde se refleje una diversidad de pieles, cuerpos y etnias. Y resulta muy alentador, no obstante la discriminación sigue presente en todos los espacios y ámbitos de nuestras vidas. Dentro de nuestra investigación, y gracias al aporte de los encuestados, encontramos que han existido procesos de selección en los que se ha desestimado a profesionales por su apariencia física, etnia y/o por su orientación sexual, expresión o identidad de género. También encontramos que la mayoría de marcas y empresas califican con un rango mediano o alto la diversidad de sus empresas, sin embargo, la mayoría no cuenta con políticas que garanticen una diversidad justa y equitativa dentro de sus espacios laborales. Mientras que en medios de comunicación, relacionados a esta industria, la presencia y periodistas de pueblos originarios del país es muy pequeña.

Asimismo, la mayoría de las marcas y empresas a las que nos acercamos tienen una opinión compartida que si bien el camino hacia la diversidad en la moda ha tomado impulso en los últimos años, la realidad nacional resulta contradictoria. Se vende un discurso de impulsar el producto y el talento nacional; pero al mismo tiempo se siguen manejando contenidos en la publicidad, programas televisivos y en redes sociales que son sexistas, racistas, clasistas y homofóbicos. Muchas de estas marcas han sentido una gran responsabilidad de ser actores de una verdadera inclusión. Camila Camacho, jefe de marketing de Etafashion, menciona que es imperante que se generen políticas que permitan masificar los valores de las empresas. No solo basta con crear campañas con una o dos modelos representantes de la ‘diversidad’ sino que la inclusión y diversidad debe ser interna, es decir con colaboradores que sean parte de este discurso, y no solo se quede en una diversidad superficial posteada en redes sociales. 

Dentro de los espacios digitales también existen respuestas del público en general, Cristina Maag, creadora digital de moda y estilo de vida con más de 253000 seguidores en Instagram, nos cuenta que hace poco más de un año debido a la ola mediática que desató el asesinato de George Floyd, posteó algunas historias hablando del tema y compartiendo su discurso de no discriminación. Para su sorpresa, ‘algunos miles’, dice Cristina, dejaron de seguirla, y muchos de ellos respondiendo desde una postura racista y clasista. De igual forma, en el mes del orgullo LGBTQ+ de 2020, Cristina desarrolló una producción junto con Larry Cai FreeSoul, drag queen local, y de igual forma, los mensajes de homofobia y discrimanción no se hicieron esperar. Maag menciona que si bien el ser testigo de estas opiniones de odio no son la mayoría, son desalentadoras, pero reafirma la importancias de continuar generando espacios para visibilizar a las diversidades. 

Como parte de esta premisa, Maite Torres, estilista y comunicadora de moda menciona que no es ético emplear a una persona afro o indígena en la campaña publicitaria de una marca cuando internamente en la marca o empresa no se contrata gente que sea parte de esta diversidad. Martha Dubravcic, comunicadora con amplia experiencia en una revista importante del país, nos dice que si bien le llena de satisfacción que las diversidades sean cada vez más visibles, su exposición se quedará limitada a una simple tendencia publicitaria; para que exista una mejor y mayor representación de las diversidades es necesario que el tema sea normalizado y naturalizado. Por ejemplo, la inclusión de modelos talla grande, o pertenecientes a alguna etnia o nacionalidad indígena, o parte de la comunidad LGBTIQ+, no debería ser un factor diferenciador que requiera ser comunicado y aplaudido de manera explícita, sino que debería ser parte de una normalidad, absolutamente natural, menciona Dubravcic. 

Lastimosamente 12 de los 12 profesionales en el área que fueron parte de esta investigación, han sido testigos de discriminación hacia colegas y demás personas del medio por ser parte de una minoría. Alejandro Pineda, maquillador, ha trabajado con varias marcas y empresas para sus producciones y campañas publicitarias; nos comenta que muchos clientes creen que al trabajar con modelos que no sean blancas, altas, delgadas, o personas de la comunidad LGBTIQ+, es un riesgo ya que “no van a vender”. 

Si bien el mundo de la moda ha sido tachado de frívolo, vano y superficial, precisamente por idealizar estereotipos de modelos con características específicas que siguen el patrón eurocentrista; es la misma moda el campo de acción que permite destruir estas referencias para reconstruir otras.

Con esta investigación desarrollada resulta necesario hacer un análisis más allá de la moda si queremos hablar de diversidad y discriminación:

  • Todos los días vemos ofertas de empleo, en donde uno de los requisitos es “buena presencia”, haciendo que nuestras capacidades y competencias profesionales se vean minimizadas por cómo nos vemos físicamente. 
  • No es ajeno el estereotipo local de que las personas afrodescendientes están relacionadas con la delincuencia, y cuando los vemos a lo lejos caminar en la misma vereda, hacemos lo posible por cruzar la calle o cambiar de dirección. 
  • Es tan común y palpable la incomodidad que sienten la mayoría de hombres heterosexuales cuando se encuentran cerca de otro que es homosexual, como objeto de conquista de algún ser instintivo listo para el ataque.
  • Cuando ingresamos a una empresa, un hotel o somos invitados a un restaurante resulta ‘natural’ pensar que los indígenas allí presentes son los empleados, quienes deben atender órdenes.

Con estos simples pero tan cotidianos ejemplos de discriminación, es suficiente para darnos cuenta, una vez más, que el cambio siempre empieza por nosotros. La educación, el respeto y la empatía, deberían ser los pilares de la formación humana. Como plataforma y medio de comunicación fomentamos la inclusión y diversidad en todos los ámbitos. Coincidimos con los profesionales que aportaron al desarrollo de esta nota, en que la discriminación ha existido y sigue existiendo pese a los esfuerzos de unos pocos. Aunque el camino por recorrer aún es largo, con trabajo conjunto, educación y exposición real de los hechos esperamos sumar de manera positiva, honesta y humilde al cambio.

El racismo, sexismo, clasismo y la discriminación hacia las diversidades deja de ser un tema del ‘mundo de la moda’ y se convierte en un tema social y cultural. Un tema que nos invita a pensar y reconocer que somos un Ecuador naturalmente diverso. Y que dicha diversidad tiene derecho a ser incluida, representada y naturalizada en todos los espacios sociales, culturales, productivos y económicos del país.