Un hombre reescribe desde la iglesia la historia del bordado.

Por: Edgar Dávila Soto

Wilo Haro Rivas – SJ, un hermano de la comunidad Jesuita es el encargado de presentarnos el lenguaje del bordado: entramado,  cargado y brillante. Su trabajo está inspirado en el amor a la belleza, la divinización de las actividades cotidianas, el interés por la historia de las telas que lo rodean y una herencia familiar guamoteña, cercana al bordado, del que se siente orgulloso. 

Junto al órgano de la Iglesia La Compañía construido en Estados Unidos en 1889 y sus 1104 tubos que aún resuenan, Wilo Haro Rivas – SJ el autor de la cuenta de Instagram: @des_bordado_ dice su camino de vida y experiencia personal se encuentran escondidas en cada puntada de su trabajo. Su camino de vida y experiencia personal requieren demostrar su propia hipótesis. Para él tener un taller en estos tiempos es cada vez más abstracto. Entre sus sueños está el de cumplir el de su abuela materna, crear una escuela de bordado en Guamote para generar más trabajo.

Wilo borda desde los 11 años. Su bisabuela materna fue creadora de una gran tradición familiar del bordado en Guamote y su abuela profesora de corte, confección y bordado. Recuerda los moldes de letras y otras formas como tesoros que algunas veces comparte a su comunidad a través de sus redes sociales. 

“Hace siete años, mientras cursaba Estudios Culturales, en Lima surgió mi interés por volver a bordar. El bordado regresaba a mi vida para quedarse; a pesar de ser una actividad poco común y explorada actualmente por el tiempo que demanda y escasamente identificada con lo que hacemos los jesuitas. El juego de palabras de los estudios que estaba desarrollando, la necesidad de identificarme como migrante y al mismo tiempo un espacio de descanso me permitió volver a una de las actividades más comunes del pueblo de Guamote – Ecuador, donde mi familia tuvo un taller de bordado por varias décadas.  Así es como llegué de nuevo a revisar técnicas que aprendí de niño, a rebuscar fotografías en los baúles llenos de bocetos y diseños del taller, envolverme con los hilos y las tijeras de mi abuela para reconocer que el bordado es una actividad cotidiana que estaba impresa en mi vida”

Para el artista existe una continua extinción de las festividades y sus símbolos. Su investigación busca reconocer las tradiciones religiosas y devolverle a la Semana Santa de Guamote el verdadero valor de la fiesta popular. 

Su tesis de maestría gira en torno a la investigación del corpus festivo de la Semana Santa y los objetos de la fiesta. La Bandera Procesional un objeto religioso hecho hace más de 100 años usado como símbolo cristiano para catequizar a los fieles durante la procesión. Crear la bandera de 13 metros de longitud le tomó más de 6 años. Fue trabajada por más de 25 personas y las estaciones de la vida de Jesús fueron creadas en colaboración con varios artistas entre ellos Pablo Pincay y José López. Tradicionalmente la bandera es cargada por 27 hombres y encabezada por el piroste que viste un traje especial lleno de pedrería en tonos rojos y negros.

·El artista cree que mucho proviene de lo indígena. Su trabajo es diverso, saturado, cargado de colores. 

Me invitó a ver algunas de las piezas que se encontraban en una bodega dentro del antiguo Colegio San Gabriel. Cruzamos la nave de la iglesia y caminamos por los corredores que conecta la iglesia con los espacios administrativos y de vivienda de la comunidad Jesuita. Wilo se refiere a su comunidad como una transnacional, una compañía universal que requiere discursos que integren la diversidad. 

Según un artículo del diario El Comercio, Wilo Haro es el único bordador guamoteño activo. Ha elaborado en solitario varios guiones, entre esos el anagrama de la Virgen.
Para el artista el bordado es una manera tangible de crear identidad. Actualmente vive en Belo Horizonte, Brasil. En su labor le es importante mostrar. Para él ·no sirve de nada tener una cosa que no se expone· encuentra en la exposición un ciclo completo que hace partícipe al espectador. El bordado funciona como un mar. Orar y bordar es algo divino.