Fotógrafo por naturaleza

He visto las fotografías de Alejandro Reinoso una y otra vez. Me he dejado absorber por ellas, en sus colores, en sus detalles, en las posibles e infinitas historias qué pueden existir detrás de ellas… 

No podría decir con exactitud cuál es la fuente de su magnetismo, pero después de conversar con él sentí que pude adentrarme y comprender un poco más. Y es que a veces lo evidente guarda cosas inexplicables. En este caso la capacidad de apreciar instantes, que aunque parezcan cotidianos no pierden su belleza ni su misterio, creando imágenes que llegan a ser cinematográficas. Ya sea un retrato, una cobertura periodística, un fashion film Alejo logra contar historias a través de los detalles que hacen única a una persona.

La conexión de Alejo Reinoso con la fotografía va más allá de la cámara, encuadre, edición… Es su instinto y sensibilidad por apreciar cosas, momentos y detalles que para muchos podrían pasar desapercibidos; haciendo sus imágenes increíblemente empáticas. 

Siempre ha tenido un gusto por observar, recuerda y cuenta con cariño su infancia cuando lograba o podía ir en el puesto de la ventana del auto (teniendo en cuenta que tenía varios hermanos); como si lo que sucedía a través de ella fuesen las primeras fotografías que creó en su mente. Sin embargo, esa no fue su primera alternativa dentro de la educación formal. Inició sus estudios en ingeniería comercial hasta que nació su hija Martina y con ella el renacer de su instinto por capturar esos instantes que daban color a sus vidas.

En ese entonces las cámaras eran análogas, no había lugares donde estudiar, un YouTube con tutoriales… La Metro fue el  instituto que en cierta medida se ajustó a las necesidades de aprendizaje que buscaba, pero fue su trayectoria al realizar coberturas en medios de comunicación que le permitió conectar con diversas experiencias y entornos para reconocer su camino. 

Sabe que lo suyo es adentrarse a las personas, sus espacios, sus rutinas… cuáles son esas pequeñas cosas que los hacen únicos. Le gusta tomarse el tiempo de conversar, de comprender y contemplar; sin importar si se trata de una persona u objeto, de alguna manera siempre logra crear un diálogo. Puede tratarse de una planta como en el caso de la documentación que trabajó en la publicación “La Superficie Media del Aire”; una trabajo fotográfico a partir de frases, grabados e ilustraciones extraídas de obras publicadas entre 1749 y 1752 por los geodésicos franceses y españoles. O puede adentrarse a una historia ficticia, con detalles elaborados traducidos en retoques digitales intencionalmente visibles. Como es el caso del proyecto Claxo M; “un personaje creado para compartir una visión extraterrestre desde la Tierra”.

Su facilidad para adentrarse a distintos mundos y trabajar en diversos entornos es una ventaja a su adaptabilidad. A su capacidad observadora, que aunque logra capturar la intimidad también logra ser respetuosa y honesta. Sin generar juicios de opinión, siendo real y equilibrado mantiene la misma mirada amable sin importar si fotografía un candidato presidencial, activistas ambientales, artistas pop…

En su recorrido ha tenido diversas experiencias, ha sido testigo de la evolución de tener una cámara análoga a tener una cámara y hacer videos desde un celular. Sin embargo, dice que ante todo es fotógrafo y que contar historias a través de imágenes, es lo suyo.