Enredarse, desenredarse, sanar, compartir. Los tejidos de Camila Morejón

 

Entre las páginas blancas de un gran cuaderno Camila Morejón (link) guarda hojas que ha encontrado en distintos momentos y lugares a lo largo de varios años. A cada una de ellas las levanta con delicadeza y sonríe recordado el instante en el que decidió llevárselas. Ella tiene una sensibilidad particular por los objetos que la rodean y todo aquello que realiza con sus manos. Cada detalle tiene un significado que traslada a cada aspecto de sus procesos creativos.

 

Ella ha estudiado artes plásticas, historia del arte, filosofía, diseño de espacios, trabajado en producción audiovisual por varios años junto a directores como Ana Cristina Barragán y Sebastián Cordero. Hasta que hace menos de un año decidió entregarse a su curiosidad e instinto hacia los tejidos, específicamente macramé y bordado.

 

 

Una práctica y ejercicio personal que ha evolucionado a ser un motor de vínculos humanos. Un espacio donde se aprende apreciar las cosas hechas con tiempo, y a dar valor al tiempo que toma hacer las cosas; también se convierte en un lugar de auto reconocimiento íntimo. “Todo comenzó cuando mis amigas me hicieron perdidos. Una quería un corazón y la otra una vagina”. En ambos casos se vinculó de cerca en el proceso emotivo del pedido, para comprender y tratar de ser fiel a las motivaciones y sensibilidades detrás del mismo. “La segunda vagina me pidió un amigo. «Entre chiste y chiste me dijo:

-‘Quiero una de esas’

-‘¿Cuáles esas?’

-‘La innombrable…’

-Se refería a una vulva…»

Cuenta Camila a la vez que se preocupa de la timidez y vergüenza con la que se habla del cuerpo femenino o incluso la falta de exploración personal. “Fue ahí cuando supe que quería hacer esto”. Así, además de los talleres de bordado que brinda creó los Vulva Workshops.

 

 

Un lugar en el que se retoma el sentido de reunión y conversación a través del bordado más allá de su resultado textil. Son espacios en los que participan ocho mujeres de diversas edades donde comparten sus experiencias o inquietudes a la par que realizan su bordado. “No es que sea sexóloga o terapeuta. Simplemente estamos ahí para compartir, para compartirnos” dice con una sonrisa en su rostro y un brillo en sus ojos.

 

Para Camila el bordado, que un momento representó la oportunidad de personalizar y hacer todas sus prendas, ahora ha evolucionado a uno de los canales más grandes de unión y empatía hacia otras personas. A través del tejido manual, cada enredada y desenredada ha sido un aprendizaje y lección que le han llevado a generar tejidos sociales que la vinculan con otras mujeres. Así ha generado relaciones materiales y emocionales que nos invitan a valorar, en este caso, un bordado desde otros significados.

DATOS:

Camila brinda talleres de bordado y clases de apoyo para principiantes y de conocimiento medio.

Realiza los Vulva Workshops que son bajo inscripción.

Puede obtener más información en sus redes (link).