15 Jun Miradas sobre la Academia de la Moda en Ecuador
Hace algunos meses, me animé hablar sobre aspectos que considero que estancan el mercado de la moda ecuatoriana. Me emocionó ver la repercusión de la nota en cuanto a visitas en la web, así como impacto en redes sociales. Para mí, eso es una muestra del interés y noción que tenemos sobre muchas de las cosas que deberían y quisiéramos que cambien.
Es muy sencillo creer que, desde nuestras posiciones, nuestro grado de injerencia para lograr cambios pueden sentirse nulos, pero no es así. Creo firmemente en la importancia de levantar la voz, hablar y difundir circunstancias o temas que consideramos importantes para así lograr un interés colectivo que pueda generar cambios. Solo es cuestión de tener ganas y proponernos objetivos comunes. Es así que me he interesado en profundizar en algunas de esas 10 razones que hacen que nuestro mercado de la moda no termine de funcionar.
La primera de ellas es la academia de la moda. Para esta nota decidí entrevistar a tres personas que, desde sus áreas de trabajo, están vinculadas directamente con el desarrollo académico de los profesionales de moda del país. Marisol Romero Coordinadora de la mención en diseño de modas de la Universidad San Francisco de Quito, una de las pocas universidades con categoría A del país. Aquiles Jarrín, asesor de la subsecretaria de formación Académica y profesional del Senescyt y Giovanna Buchelli miembro fundador y rectora DISMOD y que para el momento de esta entrevista también se desempeñaba como vocal de la Cámara de Diseño que trabaja en función al área del Diseño de Moda.
Una de mis primeras sorpresas al iniciar la investigación de esta nota es que, a escala nacional, son solo cuatro las universidades que ofertan la carrera de moda en el país:
-Universidad del Azuay;
-Universidad Técnica de Ambato;
-Universidad Técnica del Norte;
-Universidad Tecnológica Equinoccial.
Lo primero que quise conocer es la perspectiva de las instituciones educativas. Para esto conversé con Marisol Romero que, además de ser Coordinadora de la mención en diseño de modas de la Universidad San Francisco, es también una de las personas más activas en generar espacios de moda localmente, como su aporte en RUNWAY.
En la USFQ se ofertaba la tecnología de diseño de moda. Sin embargo, a partir de las nuevas reglamentaciones estatales, la universidad no puede otorgar títulos de tecnología, por lo que ahora se lo trabaja como una especialización dentro de Artes Contemporáneas. Lo que según Marisol, corrobora a importancia sobre el valor creativo de la moda. Pero –aún así- queda el vació en una de las pocas universidades con calificación A del país que no cuenta con una carrera específica de diseño de modas.
Por otro lado, Marisol enfatiza sobre la escasez de profesorado especializado en la industria de moda, ya sea para tecnología o carrera. Muchos profesionales no cuentan con reconocimiento estatal en lo que respecta a su experiencia ni de estudios generados en el extranjero relacionados a la materia. Esto hace que la oferta se reduzca considerablemente en cuanto a cantidad y conocimiento del profesorado.
Dentro de esto es común encontrar personas que han estudiado dentro de las mejores universidades de moda a escala mundial y que no han podido avalar su título, que si bien no es un requisito para trabajar en empresas privadas, es un gran estancamiento para que estos profesionales puedan compartir y generar nuevos conocimientos para universidades y estudiantes nacionales, entonces me surge la pregunta ¿qué tanto estamos aprovechando el conocimiento de nuestros profesionales académicamente?
Mucho de esto se debe a que las universidades o institutos en los que muchos profesionales han obtenido sus títulos académicos enfocados en moda son privados. Una situación similar sucede en el campo artístico, menciona Aquiles Jarrín, que actualmente se encuentra en un proceso de reconocimiento de trayectoria artística, misma que sería calificada/avalada por un comité.
Para generar este tipo de acciones que acreditan profesionales con estudios a los que he denominado particulares, por no llamarlos no avalados, lo más importante es generar un interés estatal sobre la materia. Por ejemplo, hay que reconocer que es el Consejo de Educación Superior el que regulariza la oferta generada por universidades, mientras que el Senescyt trabaja y prioriza según las áreas de pertinencia, que funcionan según políticas de estado.
¿Cómo lograr que estos profesionales puedan ser avalados? Es una respuesta que todavía nadie ha resuelto con claridad. En la mayoría de los casos, depende de alguien más. El Estado, por ejemplo, es el responsable de determinar a este tema como una problemática para varios profesionales. Sin embargo, existen roles y accionarios que dependen netamente de las organizaciones educativas e incluso de acciones civiles.
Una de ellas es la Senescyt que, mediante sus Redes Académicas, articula, acompaña y orienta diferentes actividades y objetivos para fortalecer un sistema que puede ser planteado mediante tres ejes: investigación, formación o vinculación a la sociedad. Por medio de estas se pueden llagar a plantear campos de estudio nunca antes realizados con el apoyo del Senescyt, además de solventar cierto tipo de necesidades cruciales para la industria. Cuando pregunté a Aquiles acerca de la existencia de redes relacionadas a moda, su respuesta fue negativa. Ninguna universidad ni civiles han generado una propuesta relacionada a esta industria. Es decir, no se ha establecido ni el mínimo acercamiento con el Estado cuando se podrían proponer un sin fin de ideas para generar una red. Desde la investigación de fibras, historia de la moda en el Ecuador, registros de trabajos ancestrales, por dar algunas ideas. .
Dentro de este punto, para la Cámara de Diseño, según cuenta Giovanna Buchelli es fundamental lograr que el diseño en general sea relevante para la política pública, tanto como un tema académico así como de réditos económicos. Donde también es importante mencionar el giro comercial en cuanto ingresos económicos que la industria de la moda puede generar para la nación. En esto se considera desde las pequeñas y medianas empresas, hasta propuestas nacionales, como lo han trabajado países cercanos como Colombia y Perú. Un ejemplo de esto es la iniciactiva Colombia Moda que, en el 2014, generó 308 millones de dólares en negocios relacionados a la moda.
¿Cómo lograr que el diseño de moda logre generar recursos de trabajo y réditos económicos representativos como industria al país? Lo primero son los cimientos. Comenzando por lo académico, la interiorización de la industria sobre el perfil profesional del diseñador, la disposición pública de profesionalización y crecimiento de la misma índole, además de espacios generadores de negocios basados en las capacidades y perfiles locales.
Para lograr generar una mejor oferta académica en cuanto a cantidad y calidad, la Cámara de Diseño se encuentra trabajando para lograr vincularse con la academia aportando y apoyando directrices de la carrera de diseño, tanto como el seguimiento de profesionales, para conocer sus resultados. Dentro de este tema, hasta ahora no hay un ejemplo claro que ya se haya aplicado o de un proceso, más allá de que la Cámara ha logrado que la palabra Diseño, como profesión, esté mencionada en la propuesta de la Ley de Cultura.
Uno de los cambios más representativos que se han generado recientemente es que ahora los estudiantes de moda cuentan con un título unificado, con distintas ofertas de pensum, metodología y conocimiento según la institución que lo oferte.
Otro de los punto que Marisol considera críticos para la mejorar la academia de la moda es demanda profesional que existe localmente. “La industria está creciendo, pero todavía falta profundizar en el conocimiento de los roles académicos. Es muy frecuente que un perfil laboral de diseñadores de modas esté más relacionado al de patronista o directamente costurera”. De hecho, en algunos casos, los administradores o gerentes de empresas de moda no conocen cuál es el rol de un equipo o departamento de diseño.
A la opinión de Marisol se suma también mi experiencia laboral con algunas empresas de moda y diseñadores independientes. Especialmente si tenemos en cuenta que procesos indispensables para el desarrollo de un departamento creativo de moda son muchas veces inexistentes en el país. Tanto en el academia como lo laboral. Tal es el caso de contar con un calendario de colecciones que vaya más allá de los picos comerciales de una marca. Una estructura de colección en base a temporada, familias de productos, cantidades, porcentajes de prendas comerciales, de imagen o de producto estrella; estudios de rotación, estudios de tendencias, propuesta de marca, entre otras cosas.
Después de un largo tiempo dedicado a la investigación quedé con algunas preguntas pendientes de respuesta. Espero sirvan de motor para que muchos nos movilicemos para generar cambios.
¿Es la carrera de moda una oferta académica incomprendida?
¿Existe realmente una gestión privada o pública que se interese por generar cambios cruciales en su funcionamiento y oferta?
¿Son nuestros profesionales capacitados aprovechados en un sentido de difusión del conocimiento y función laboral?
¿Realmente se conoce el rol de un profesional de moda a escala empresarial y académica?
fotografías tomadas de diversas universidades e institutos de moda a escala mundial.