27 Ene Dayoco, el instante de un click

Con Dayo he realizado algunas colaboraciones fotográficas. Siempre he pensado y sentido la necesidad de escribir una nota dedicada únicamente a su trabajo, historia, estudios, proyectos. He intentado sentarme con ella incontables veces a conversar de estos temas, pero la verdad es que desde el primer día que nos conocimos, no logramos enfocarnos en un solo tema de conversación. Con ella, las ideas siempre surgen de la nada y las ilusiones de llevarlas a cabo nos ganan la voluntad de continuar con lo que teníamos planificado.

Decidí no postergarlo más y sorprenderla con esta publicación. Así que esta vez, más que una entrevista les contaré de Dayo. Desde los recuerdos de conversaciones, las ideas y los proyectos compartidos.

Cuando busco en mi memoria para encontrar los primeros recuerdos con ella, lo primero que se me viene son sus imágenes en Facebook mientras estudiaba una especialización de fotografía de moda en Buenos Aires. No la conocía, pero no había podido resistir las ganas de escribirla y decirle lo mucho que me gustaba lo que estaba haciendo. Sus imágenes tienen la característica de que, pese a ser elaboradas y contar con una producción detrás, logran capturar un instante muy íntimo entre ella y su modelo. Además de siempre lograr un concepto pulido desde sus gustos en estilismo, estética y equipo de trabajo.

Sus palabras, en ciertas interacciones que teníamos, siempre se sentían honestas y expresaban su emoción por continuar haciendo lo que tanto le gusta y de volver a Ecuador para generar nuevas ideas y propuestas en el mercado fotográfico de la moda. Había veces que sentía algo extraño en conversar y tener tanta afinidad con alguien que solo conocía por chat de Facebook, pero al mismo tiempo me sentía cómoda y como mucha curiosidad y ganas de conocerla.

Cuando me enteré de su regreso a Ecuador, le escribí para tomar un café y finalmente conocernos. Yo estaba algo nerviosa, no se si ella también; al final era como una especie de cita. Ella llegó con su cabello de color verde (a pesar de todos los colores que he visto en su cabello recuerdo muy bien el primero). Conversamos de algunas cosas sobre la moda en el Ecuador y en Quito ideas que se pueden generar y colaborar, y así llegamos a nuestra primer shoot junto a BOEM.

Siempre durante todos los procesos de producción con Dayo me siento fascinada de ver cómo trabaja, casi como una niña cuando se emociona con el juguete que siempre se soñó. Se ‘enamora’ de la estética de sus modelos y da todo de sí con gusto especial. Creo que por eso sus imágenes son muy limpias y siempre destacan a su protagonista con miradas muy fuertes como si te estuviesen hablando directamente a los ojos. Durante los shoots, siempre nos emocionamos por analizar el estilismo, la locación, las poses. En lo último solemos no concordar, pero siempre encontramos la manera de lograr lo que buscábamos en conjunto.

Con Dayo es sencillo comprender que no siempre las capacidades técnicas son todo. Está claro que sus estudios previos de diseño gráfico y su especialización en fotografía de moda dan como resultado imágenes de buena composición y bien elaboradas, pero lo que más funciona en su resultado, según yo, es su alegría de compartir junto a su equipo, su emoción y su capacidad de apasionarse por una idea hasta que logra recrear la imagen que tenía en su cabeza. Todos, siempre, terminamos contagiados por esas ganas de encontrar un instante para hacer click.