01 Jul Trazos honestos y sin pretensiones
La obra de Juan Miguel Marin (link) es armoniosa de ver, particularmente envolvente y hace muy sencillo relacionarse con ella por su honestidad. La fluidez y el ejercicio de la transparencia personal es un vehículo constante en sus procesos y desarrollo de su obra como tal.
Sin tener un destino muy claro del alcance de lo que podía desencadenar, él tomo el proceso de su obra como una herramienta de catarsis en un momento personal y profesional que no podía continuar contenido. Se convirtió en un medio de profunda introspección donde encontró espacios meditativos en los que un trazo se convierte en la manifestación de una emoción profunda y sensible, incluso, con efectos de sanación.
Después de un drawing date junto a Shantell Martin, una artista londinense reconocida por sus intervenciones de dibujos de flujos de conciencia y colaboraciones en espacios públicos como en plataformas privadas, reconoció ese impulso por la exploración de los trazos naturales con el que se comprometió de manera continua. Todos los días producía algo explorando distintas formas de aplicación. “Era una especie de bootcamp personal. Constantemente me exponía a nuevos espacios y situaciones para crear y explorar mi fluidez”.
En un inicio se trataba de un proceso personal que tomó tiempo para dejarse ver. Entre visitas que recibía en su casa y algunas publicaciones que realizó en su Instagram llegó la primera comisión de su obra. Su primera instalación/performance que duró cuatro horas y que fue el detonante de lo que la energía del público puede alimentar a la obra en sí. Cada movimiento, energía, sonido influye en las sensaciones y gestos de su trazo. Una manifestación que explora constantemente mediante el uso de paisajes sonoros con los que ambienta el proceso de creación. Se trata de grabaciones que documentan espacios cercanos a los lugares donde realiza sus instalaciones y que reproduce constantemente durante su creación.
Un método que ha utilizado en performances realizados en Perú, Estados Unidos, Italia, Costa Rica… y que de alguna vincula su arte con la presencia musical en su vida. Juan también es baterista de L.E.G.S (link).
En su muestra vigente en +ArteGalería se encuentran varios formatos de su obra. También sus primeras incorporaciones de color y otros materiales como el uso de papel expuesto al sol por tres años, exploración en la cerámica y documentación de herramientas lúdicas.
Su obra es de constante movimiento, fluida y de curiosidad innata. Uno de los proyectos vigentes que tiene es junto a School For Poetic Computation en el que están desarrollando una herramienta que le permitiría intervenir los paisajes sonoros que ambientan sus obras con el movimiento de sus trazos. Nuevamente estimulando y registrando la belleza y simplicidad de un movimiento que se convierte en un gesto honesto y sin pretensiones.