Mi primer recuerdo de Esteban Duran es que era el amigo cool de mis hermanas. Luego de algunos años esa idea tomo más fuerza con varias conversaciones en redes sociales en las que compartíamos hallazgos de lugares, música, películas, personajes...

Tan solo una puerta nos separaba de nuestro encuentro con David Guzmán. Unos ladridos fuertes nos hicieron saber que su llegada se acercaba. Cuando la puerta se abrió vimos a Nacho, su perro que no dejaba de mover la cola mientras nos recibía. Dueño de una sonrisa de las que solo los buenos anfitriones son poseedores...