Moda sostenible ecuatoriana que viaja por el mundo

Ultimamente las propuestas de moda sostenible y conciencia social han marcado una fuerte tendencia en el movimiento de moda ecuatoriana. Esta vez nos encontramos con Remu, una marca con el firme objetivo de “crear las mejores chompas de jean del mundo” según José Chiriboga, uno de sus fundadores.

Un propósito que puede sonar ambicioso y soñador, pero que tiene mucho sentido cuando todo el trabajo que se realiza, realmente ha sido pensado en función a ese objetivo con total coherencia.

Remu, es una marca que nació en febrero del 2018, aunque comenzó a crecer desde el 2016. Todo comenzó a partir del terremoto, cuando todos tuvimos el instinto de ayudar y aportar de alguna manera a quienes lo necesitaban, pero que en este caso también sirvió para proponerse encontrar medios de ayuda que puedan ser justos y sostenibles en el tiempo.

Así José Chiriboga se juntó a su primo Juan Javier Terán y su amigo Felipe Gabela para vender hamacas hechas en la China. Por la compra de una, ellos se encargaban de sembrar un árbol. Remu en shuar significa árbol. Aunque en números y en propósito todo hacía sentido, en historia no. ¨Solo hubo un día que nos preguntamos quién estaba fabricando esas hamacas -comentó Juan Javier- supimos que, aunque la intención era buena, los medios estaban en contra de todo lo que estábamos buscando”. Su verdadera intención era formar un proyecto social.

Ninguno de ellos conocía el mercado de moda, pero estaban conscientes de que la industria textil es la segunda más contaminante del mundo, así como una de las más injustas con derechos humanos de sus productores. Así nació la idea de generar una nueva oferta en el mercado de chompas de jean, que es una de las prendas más vendidas del mundo, y que pueda ser sostenible tanto en impacto ambiental como social.

Una de sus chompas puede contener tres pares de jean hechos a partir de desperdicios industriales y donaciones particulares. A pesar de su joven proyecto ellos han logrado abastecerse desde varios frentes para lograr obtener su materia prima evitando el desperdicio tanto de fábricas de producción masiva, así como de personas comunes que se cuestionan el paradero de la prenda que están desechando.

En esta aventura conocieron a Raquel LLumiquinga, ella es quien cose cada una de las chaquetas que diseñan y quien se ha transformado en una gran fuente de cariño, dedicación y respeto para estos tres emprendedores. De hecho, es muy bonito y conmovedor ver sus ojos iluminarse al hablar de la “hermosa sonrisa de Raquel”.

Para estos chicos, Remu representa su amor por la aventura, la naturaleza y la sensación de sentirse libre; sin dejar de lado el amor y respeto por las personas y el medio ambiente. “Este es un producto hecho a mano, a medida y que además es único. No hay dos prendas que tengan la misma distribución de cortes o tonos” dice José.

Al tocar y ver el producto en físico es evidente que han logrado llegar a un desarrollo que logra equilibrar los aspectos básicos de una prenda tan clásica como una chaqueta de jean, con una propuesta de diseño que genere identidad de marca. Una de sus chompas puede llevar varios colores de jean, reciclar desperdicios de tela, llevar un forro hecho en la comunidad de Peguche y ser hecha por las manos de Raquel de quien se puede encontrar su nombre en el forro de cada chompa en honor a su trabajo y la importancia que hay en conocer y cuestionarse de donde vienen las prendas que estamos consumiendo.

“Crear las mejores chompas de jean del mundo” no suena tan lejano cuando sabes que no se trata de un producto como cualquier otro en un centro comercial. Sino que es una propuesta que representa dar un paso hacia nuevas opciones que den un giro a lo que muchos sabemos que está a mal pero preferimos satisfacernos con encontrar gangas y mirar hacia otro lado.

Es muy motivador conocer personas como José, Juan Javier y Felipe que demuestran que la convicción y motivación son los únicos necesarios para crear nuevas alternativas que son necesarias y bien recibidas. Actualmente sus prendas se han vendido a Italia, Ecuador, Canadá, Francia, Inglaterra, Brasil, Estados Unidos; y ahora buscan crecer más con su marca a través de una campaña de Kickstarter en la que si no es con una chompa todos tenemos la posibilidad de contribuir a que proyectos como este, hechos en Ecuador tengan el impulso de su comunidad. (Link de la campaña aquí).