El equilibrio del cuerpo

El cuerpo humano es una concepción mecánica del mundo material, lo que significa que solo tenemos uno. No poseemos dos. Es ese cuerpo el que genera recuerdos, pensamientos, alegrías, preocupaciones… es solo uno. Entonces me pregunto, ¿porqué no le damos el cuidado debido? ¿O es acaso que consideramos que lo único que trasciende es nuestra mente? Tal vez sí. Pero, ¿cómo podemos alargar el estado de la mente y su tiempo vital? ¿Cómo hacer que funcione mejor? ¿Qué darle para que tenga un mejor balance? Quizás carecemos conciencia sobre nuestro cuerpo o ignoramos el equilibrio entre el cuerpo y la mente.

 

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Los hindúes dicen: Anam Brahma, lo que quiere decir: La comida es divina, ¿Qué quiere decir esto? Es una plegaria existencial. Estás comiendo lo divino, y lo divino te va a nutrir. Un verdadero amante del cuerpo come sólo en el momento que el cuerpo se siente perfectamente en silencio, balanceado, tranquilo. Donde el cuerpo no se está inclinando a la izquierda ni a la derecha, pero sí en un punto medio. Es un arte entender el lenguaje del cuerpo, entender el lenguaje del estómago, entender lo que se necesita, darle sólo lo que se necesita, y darlo de manera artística y estética.

 

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Jamás he sido participe de los extremos alimenticios. Desde comer todos los días cosas fritas o extremadamente sanas. Creo en la dieta paleo, pero no estrictamente como para no comer unas deliciosas habas con queso o un choclo con queso (y trataré de no mencionar los postres). Restringirse a un tipo de alimento en su totalidad podría producir una reacción de ansiedad, es por eso que sí creo en darse un gusto siendo consiente de que todo en extremo hace daño y desequilibra el cuerpo.

 

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Me gustaría compartir con ustedes un pequeño descubrimiento que hice hace unas semanas. Su nombre es La Cuchara de San Marcos, un lugar con aire hogareño en el que voy a sus clases de cocina vegetariana con tradición ecuatoriana. Cada vez que voy me emociona ver los ingredientes que tienen, son los mejores y en muchos casos vienen de su propio huerto. Siempre me da una alegría infinita el aprender de distintos platos a manos de personas tan entregadas a la cocina y sobre todo al arte de cuidar el cuerpo como un templo. Así que quise compartir con todos lo que significa para mí tener diferentes opciones alimenticias. Comenzando por sentirme feliz mientras cocino, darle mi energía positiva a los alimentos que voy a consumir, hasta el poder compartirlo con personas que han transformado su vida en torno a su alimentación y han hecho de esto el motor de su vida.

 

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La semana pasada cocinamos ceviche de portobelo, una ensalda de Kale y un mousse de chocolate. Como lo oyen, ceviche de portobelo. Cuando me dijeron que ese sería el plato del día, no les voy a mentir de las dudas que tuve al respecto. Sé que el portobelo tiene nutrientes esenciales para el cuerpo como es el complejo B, pero no estaba segura sobre sus atributos para un ceviche. Sin embargo, al momento de ponerlo sobre la mesa me percaté de lo mucho que se parecía a un ceviche de concha; y al probarlo no se imaginan lo mucho que se parece a un ceviche de concha.

 

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Y ni hablar de la ensalada de Kale y mousse de chocolate; para mi estas semanas han sido un constante descubrimiento. He aprendido de diversos alimentos, desde cómo cultivarlos o encontrarlos, hasta cómo aprovechar su sabor y nutrientes al máximo. Pero sobre todo a no ver la cocina como algo aburrido o como una responsabilidad que “toca” hacer. Ahora, es un espacio en el que me tomo mi tiempo, lo disfruto y doy lo mejor de mi, al final del día ahí hacemos todo lo ingiere nuestro cuerpo. Y nuestro cuerpo es un templo donde el equilibrio es esencial y es por eso que la comida es divina. Es nuestro motor para tener energía día a día, para tener un cuerpo sano y por qué no, para sorprendernos constantemente.

 

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No permitamos volvernos rutinarios con los días, las horas; los desayunos, los almuerzos… Que cada comida sea un placer y no un martirio, que nos demos un tiempo para escuchar nuestro cuerpo y darle lo que necesita. Algo que lo haga más fuerte, más sano, que nos de tiempo para disfrutar de la vida, del amor por vivir y las ganas de ser la mejor versión de uno mismo.

 

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